Aquí tenemos una respuesta a la pregunta de ayer: «En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del Diablo: todo el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano».
Señor, que vea siempre, en este mundo tan competitivo, el camino del amor que obra siempre el bien.