Es importante saber comenzar los acontecimientos cruciales de la vida con entusiasmo. La llamada del profeta Isaías tiene ese olor: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob. Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas». Porque el objetivo es lo que nos dice al final del texto: «Casa de Jacob, venid; caminemos a la luz del Señor». ¿Qué te parece que te has de proponer purificar para avanzar bajo la luz del deseo de Dios?
Señor, que cuando llegues y llames nos encuentres despiertos y con el deseo de vivir en comunión contigo y con los hombres.