Judas y sus hermanos restauran el Santuario que había sido profanado por lo que celebran una fiesta que la irán repitiendo para recordar los hechos. Nosotros somos templos del Espíritu que por el pecado hemos profanado alguna vez. ¿Somos capaces de celebrar y hacer fiesta cuando nos reconciliamos con Dios, y recordar con agradecimiento esta restauración interior?
Señor, te doy gracias por todas las veces que te has acercado a pesar de que no llevábamos el traje de fiesta.