¿Qué nos sugiere el discernimiento que debe hacer Elías para descubrir cuándo Dios se hace presente? Recordemos que el texto termina así: «Después del fuego, el susurro de una brisa suave. Al oírlo Elías, cubrió su rostro con el manto, salió y se mantuvo en pie a la entrada de la cueva».
Señor, que como Elías sepa reconocer tu presencia.