La tienda del encuentro sagrado era una forma que tenía Dios de recordar su presencia en medio del pueblo. A veces tener unos signos en casa nos pueden ayudar, también a nosotros, a vivir la unión con Dios.
Señor, deseo que sea verdad en mí lo que dice el salmo: «Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa».