He aquí una afirmación hecha con sentido común: «El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará; el que siembra generosamente, generosamente cosechará». Cuando Pablo dice esto es para exponer una analogía con la vida de los creyentes. Bien es cierto que todos estamos invitados a sembrar la Palabra. Cuando ves un hermano necesitado, ¿tienes presente que Dios ama a los que dan con alegría? Desde este punto de vista, ¿Dios tiene motivos para amarte? ¿Qué haces de tu alegría?
Señor, quiero darte motivos para que estés contento conmigo.