Es impresionante la descripción de la experiencia teofánica que Moisés hace en el desierto. Éste le pide: «Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros». Y efectivamente Dios nos acompaña. Unas veces podemos percibirlo más como Padre, otras como Aquel que conoce la raíz de nuestra humanidad, y lo tenemos como hermano, y lo vemos como el Hijo; y todavía en otros es aquella presencia que no podemos tocar con nuestras manos, pero que nos hace sentir el calor de su Amor: como el aire que respiramos, sin su presencia nos ahogaríamos. Detente y piensa cómo Dios se hace presente.
Que siempre tenga en cuenta tu inmensidad.