La narración de hoy del libro de Samuel describe el proceso que el profeta tuvo que seguir para ungir a David como rey de Israel. El criterio es el siguiente: «No te fijes en las apariencias ni en lo elevado de su estatura… No se trata de lo que vea el hombre. Pues el hombre mira a los ojos, más el Señor mira el corazón». Los criterios de discernimiento de Dios pasan por el fondo del corazón.
Señor, purifica mi corazón, que siempre pueda ser un digno servidor Tuyo y que siempre sepa tener tu mirada.