El recuerdo de situaciones pasadas que, por causa de la fe, se fue víctima de maltratos y sufrimientos, es el resumen de la primera parte del texto que hoy podemos leer de la carta a los Hebreos. Es comprensible que, ante un ambiente tan hostil, nacieran deseos de echarse atrás, pero el autor de la carta dice: «Os hace falta paciencia para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa».
Seguramente que ahora no vivimos una situación similar y la expresión “sufrir con constancia” no la tenemos en nuestro lenguaje espiritual. ¿Qué hay en nosotros que esta expresión nos pueda dar miedo? ¿Obtener la promesa de Dios nos mueve a algo?
Señor, que yo sea coherente con la última frase de la lectura de hoy: no soy de los que se hacen atrás.