«Temamos, no sea que, estando aún en vigor la promesa de entrar en su descanso, alguno de vosotros crea que ha perdido la oportunidad». Así comienza el texto de la carta a los Hebreos que hoy nos propone la Iglesia para reflexionar. En lugar de reposo debe entenderse: la vida en Dios. Y el relato de la creación nos recuerda que Dios descansó el séptimo día. Ahora, nosotros, no nos encontramos en el séptimo día, sino que debemos saber colaborar con la obra creadora de Dios. Las condiciones requeridas serán nuestra capacidad para colaborar en la obra creadora de Dios.
¿Cuáles son las obras de mis manos? ¿Llevan el sello de la Buena Nueva?
Señor, que mis manos, mis obras, no se ensucien por mi orgullo, sino que tengan la fortaleza de servirte en todo el mundo, que es tu imagen.