Hoy celebramos el cumplimiento de la esperanza de cual los profetas habían anunciado: la luz estalla en la oscuridad, para que todos aquellos que busquen encuentren el verdadero camino que nos lleva a la plenitud y para que encontremos ese alimento que es el verdadero sacramento de la unión, de la comunión, del amor de Dios con los hombres, porque como dice el profeta Isaías: «Ha descubierto el Señor su santo brazo a los ojos de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la salvación de nuestro Dios».
Señor que mi corazón cante, que mi boca proclame, que mis ojos vean tus maravillas, que todo mi cuerpo sea una llama de agradecimiento por tu don.