En este camino que estamos haciendo para celebrar el gran don de que Dios está con los hombres, es necesario que nos vayamos preparando para ser capaces de poder vivir la transformación de nuestra vida, de la realidad que nos rodea. Isaías nos lo dice: «Pronto, muy pronto, el Líbano se convertirá en vergel, el vergel parecerá un bosque. Aquel día, oirán los sordos las palabras del libro; sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los ciegos». ¿Qué debo hacer para prepararme para este estallido de vida?
Ábreme los ojos de la fe, Señor; que sepa ver tu obra en los demás y en mí.