Ante situaciones objetivamente injustas buscamos argumentos para justificar a Dios Todopoderoso. Esto es lo que hacen los amigos de Job; y lo que consiguen es dar una visión simplista y, por tanto, distorsionada, de Dios. Dios es omnipotente, pero también es amor. No nos hemos de precipitar queriendo justificar Dios porque podríamos decir cosas que contradirían las mismas entrañas de Dios. Estar al lado del dolor no significa justificarlo. Pero si se tiene un mínimo de sensibilidad hacia el que sufre y para con Dios, se puede estar en silencio y así se empieza a respetar a Dios y al hombre que sufre. ¿Lo has puesto en práctica?
Señor, enséñame a no precipitarme.