Cuando Saúl oyó el canto que decía: «Saúl mató a mil, David a diez mil», la envidia y los celos se apoderaron de su corazón y deseó eliminar David. ¡Cuántas veces, Señor, mentalmente he deseado eliminar a personas que no hacían las cosas como yo creía que las tenían que hacer!
Señor, que la envidia y los celos no entren dentro de mí.