1 Corintios 2:1-5
Pablo recuerda su manera de presentarse ante los corintios: «me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana… para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombre». Cuando escuchas una predicación, ¿la valoras por cómo es de brillante? ¿Quedas seducido más por cómo lo dice, que no lo qué dice?
Señor, que por encima de todo busque la profundidad de tu doctrina.