El libro de Jonás, que empezamos hoy, nos cuenta cómo el profeta intenta huir lejos de la presencia del Señor. Jonás debe asumir la responsabilidad de una situación que él veía imposible y que quizá le costaría la propia vida. ¿Cuáles son las sensaciones que has tenido cuando has tenido que asumir responsabilidades que te repelen? ¿Tenías conciencia de que estabas en la presencia de Dios?
Señor, Tú mismo lo ves, soy tan frágil como un vaso de barro; que mi debilidad sea mi fortaleza, que no me olvide que no soy yo sino Tú y Tu voluntad quienes hacen posible lo que mis ojos perciben como imposible.