Scroll Top

9 de octubre de 2025 san Dionisio, san Juan Leonardi y san Luis Beltrán, santo cardenal Newman y santo Abraham y santa Sara

Hoy, día 9 de octubre, celebramos la festividad de: san Dionisio, obispo, y compañeros, mártires; de los presbíteros san Juan Leonardi y san Luis Beltrán; del santo cardenal Newman; y conmemoramos al patriarca Abraham y a su esposa Sara.

San Dionisio, obispo, y compañeros, mártires

Según san Gregorio de Tours, Dionisio era uno de los siete obispos enviados desde Roma para evangelizar las Galias. Fue el primer obispo de París, donde murió mártir junto con dos miembros de su clero (Rústico y Eleuterio), probablemente en la persecución de Decio, hacia el año 250. Su cuerpo fue arrojado al Sena, mientras que los de sus compañeros fueron enterrados donde actualmente se alza la famosa abadía de Saint-Denis, en las afueras de París.

San Juan Leonardi, presbítero

Ordenado sacerdote en 1571, en Lucca (Toscana) fundó primero en su ciudad una comunidad para catequizar a jóvenes y adultos, así nació la Compañía de la Doctrina Cristiana dirigida por laicos que en 1574 se convertiría en una familia religiosa: La Hermandad de Presbíteros Reformados, los Clérigos Regulares, posteriormente llamados de la Madre de Dios. Después se instaló en Roma, donde puso las bases de la futura Congregación para la propagación de la fe, para velar por las misiones. Murió de la peste, víctima de su caridad, en Roma, en el año 1609. Fue canonizado en 1938.

San Luis Beltrán, presbítero

Fue un presbítero dominico, que durante siete años predicó el evangelio entre los indígenas de América del Sur, defendiendo sus derechos. Murió, siendo prior de Valencia, en el año 1581.

San Juan Enrique Newman, cardenal

En el siglo XIX fue un brillante teólogo, profesor universitario de Oxford, escritor y poeta. Nació en Londres en 1801, tuvo su experiencia de Dios a los quince años y se convirtió al cristianismo optando por hacerse pastor anglicano e hizo sus estudios en Oxford, donde llegó a ser profesor. Estudió a los Padres de la Iglesia, las grandes figuras de la Iglesia de los primeros siglos que articularon los fundamentos de la fe cristiana. Razonaba, pero no de forma abstracta, porque consideraba que “es el ser concreto quien razona” y “todo el hombre se mueve”. Abandonó Oxford y se convirtió al catolicismo y en Roma fue ordenado presbítero, y al regresar a Inglaterra ingresó en el Oratorio de san Felipe Neri. Después de una estancia en Dublín respondiendo a la petición de los obispos de crear una universidad católica, volvió otra vez a Inglaterra atendiendo a los inmigrantes pobres y a los obreros que acudían al Oratorio. Su integridad de vida le valió ser creado cardenal, y le fue concedida su petición de no ser nombrado obispo. Murió en 1890. Fue canonizado en 2019. Los anglicanos lo celebran el 11 de agosto, fecha de su fallecimiento.

San Abraham, Patriarca del Antiguo Testamento, y su esposa Santa Sara

Abraham, natural de Ur de los caldeos, en época de migraciones siente la llamada de Dios: “vete de tu país, de tu familia y de la casa de tu padre, hacia la tierra que yo te indicaré y te convertiré en un gran pueblo”. Y sencillamente “se fue tal como el Señor había dicho”, hacia la tierra de Canaán, extranjero en tierra ajena. Hacia el siglo XIX a.C., nuestro padre en la fe, vio el día y se alegró. Dios lo declaró justo, y se convirtió en padre de una multitud de creyentes.

El momento más dramático de su vida fue cuando el Señor puso a prueba su fe: incomprensiblemente le pide que sacrifique a su hijo Isaac y cuando estaba a punto de ofrecerlo, un ángel del Señor detiene su mano, salvando la vida de Isaac precisamente por su inmensa fe y obediencia. Murió a los 175 años en la tierra de Canaán. De sus hijos Isaac e Ismael, descienden respectivamente los linajes semitas de judíos y árabes. Desde el punto de vista humano, es el padre del pueblo de Israel, pero desde el punto de vista espiritual, lo será del pueblo de los que han sido llamados a la fe por medio de Jesucristo.

Sara es la esposa de Abraham; por medio de ella, contra toda esperanza, se realizarán las promesas de Dios: cuando ella tiene noventa años, Dios promete a Abraham que su esposa tendrá un hijo. Y Sara, efectivamente, será madre de Isaac. En el Nuevo Testamento, Sara es presentada como símbolo de fe en Dios, que actúa más allá de toda lógica humana.

Dejar un comentario

Debes iniciar sesión para publicar un comentario.