Hoy, día 9 de agosto, celebramos: la festividad de Santa Teresa Benedeta de la Cruz, virgen y mártir; la de san Maurilio, obispo; y la de san Romano, mártir
Edith Stein, nació en 1891 en Breslau, Silesia en el seno de una familia judía. Vivió durante la adolescencia en el ateísmo. Se doctoró en filosofía y colaboró con Edmund Husserl y Scheler. Cayó en sus manos un libro de santa Teresa de Jesús, y al terminarlo de leer exclamó: “esto es la verdad”. Convertida al catolicismo e ingresó en las carmelitas descalzas de Colonia tomando el nombre de Teresa Benedeta de la Cruz. Como judía corre peligro y en 1938 se trasladó al Carmelo de Echt en Holanda con su hermana Rosa, y durante la ocupación de Holanda por las tropas alemanas fue deportada al campo de Westerbork, muriendo en las cámaras de gas de Auschwitz . Fue canonizada en 1998 y es copatrona de Europa.
Maurilio, monje de Fécamp, vivió eremíticamente en Italia. Elegido abad de Santa María de Florencia, dejó pronto esta comunidad poco dócil para regresar a su primer monasterio, pero fue elegido arzobispo de Rouen en 1054.
Romano, murió mártir en Roma en el año 258, en la misma persecución que Sixto y Lorenzo. Según una tradición era el portero de la comunidad y según otra era un soldado que fue convertido por Llorenç en prisión.