Hoy, 8 de mayo, celebramos la festividad de: san Heladio, obispo; los beatos monjes de Tibhirine, mártires; y Nuestra Señora del Rosario de Pompeya.
San Heladio, obispo
Fue obispo de la diócesis de Auxerre (Francia) durante el siglo IV. Continuó con fruto la obra de evangelización emprendida por sus predecesores, en una época en que era necesario consolidar la Iglesia tras el difícil tiempo de las persecuciones.
Beatos monjes de Tibhirine, mártires
En 1938, los monjes trapenses refundaron en Argelia una abadía que, en los años 60, se trasladó a Tibhirine. En 1991, la guerra civil entre los militares y los fundamentalistas creó un clima de terror. A pesar de todo, los monjes decidieron por votación quedarse, continuar con su dispensario y compartir el peligro con los más pobres. Finalmente, en marzo de 1997, siete monjes fueron secuestrados por islamistas, pasaron de un grupo a otro, hasta que finalmente fueron decapitados. El 21 de mayo solo se hallaron las cabezas, que fueron enterradas en su monasterio. En 2018, la Iglesia en Argelia celebró su beatificación.
En una carta escrita por el prior Christian de Chergé, mártir, para ser entregada a sus familiares en caso de muerte, declaraba:
“Si llegara un día —que podría ser hoy mismo— en que fuera víctima del terrorismo (…) yo querría que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia recordaran que he entregado mi vida a Dios y a este país (…). De esta vida perdida, totalmente mía y totalmente suya, doy gracias a Dios, que parece haberla querido toda para su gozo, más allá de todo y a pesar de todo.”
Nuestra Señora del Rosario de Pompeya
En el año 1876, el abogado Bartolo Longo (beatificado en 1980) encontró en un convento de Nápoles un cuadro que representaba a la Virgen del Rosario. Devoto ferviente de María, comenzó a difundir su culto bajo la advocación de la Virgen del Rosario de Pompeya.
El 8 de mayo de 1887, el cardenal Monaco de la Valleta colocó sobre la venerada imagen una diadema de brillantes bendecida por el papa León XIII, y ese mismo día del año 1891, se celebró la solemne consagración del nuevo Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya.