Hoy, día 8 de agosto, celebramos: la festividad de san Domingo de Guzmán, presbítero; la de san Ciríaco, mártir; y la de santa Bonifacia Rodríguez, religiosa.
Domènec de Guzman, natural de Caleruega (Burgos) nacieron hacia 1170. Estudió teología en Palencia y, deseoso de vida cristiana entró en la comunidad de los canónigos regulares de Osma. Acompañando a su obispo en una misión en Dinamarca y Roma descubriendo el alcance de la herejía albigesa, y resolvió dedicarse a su conversión por la predicación. Fundó en Toulouse una nueva forma de orden religión para llenar el vacío apostólico que ni el clero diocesano ni los monjes satisfacían. Éste es la Orden de Predicadores o dominicos. Murió hacia 1221 y fue canonizado en 1234.
El diácono Ciríaco, junto con sus compañeros Largo, Crescenciano, Memmia, Juliana y Esmaragde, sufrieron el martirio en Roma en el año 304 durante la persecución de Diocleciano y fueron enterrados en la Vía Ostiense.
Bonifàcia Rodríguez de Castro, nació en Salamanca en 1839. Sabía leer y escribir y aglutinó a un grupo de mujeres que buscaban agradar a Dios en el trabajo y la oración. Es la antesala de la fundación de las Siervas de San José. Fue mujer de una vida interior intensa y superó grandes adversidades por cumplir su misión apostólica. Murió el 8 de agosto de 1095 y fue canonizada en 2011.