Hoy, día 7 de octubre, celebramos la festividad de la Virgen del Rosario; de san Agustín, abad; y de san Ernesto, abad y mártir.
Virgen del Rosario
Su fiesta fue instituida por el papa Pío V para celebrar la victoria naval de los cristianos contra los turcos, en la batalla de Lepanto el 7 de octubre de 1571, atribuida a la ayuda de la Virgen, invocada en la oración del rosario, que venera a Santa María con la repetición del saludo del ángel, intercalando determinadas meditaciones que ilustran toda la vida de Nuestro Señor Jesucristo y el lugar de la Santísima Virgen en la historia de la salvación. Las cofradías del Rosario han sido desde hace siglos un importante punto de referencia de la piedad popular en nuestra tierra.
San Agustín de Bourges, abad
Vivió en el siglo VI en Bourges, ciudad de Aquitania. Fue milagrosamente curado por intercesión de san Martín de una grave enfermedad que tenía sus manos y pies paralizados, de modo que se sostenía sobre rodillas y codos. Después de crear una pequeña comunidad monástica, fue ordenado presbítero y elegido abad. Reunió a muchos monjes y se dedicó a la oración continua. Murió alrededor del año 560.
San Ernesto, abad y mártir
Nació en Suiza en el siglo XII. Fue abad del monasterio benedictino de Zwiefalten, en la región de Wurtemberg, entre 1141 y 1146. Renunció para ir a la segunda cruzada. Al terminar la campaña predicó en Persia y Arabia. Fue hecho prisionero por los sarracenos, torturado y muerto en La Meca en el año 1148.