Hoy, día 5 de septiembre, celebramos la festividad de: san Bertín, abad; de santa Teresa de Calcuta, virgen; y la de santa Obdulia, virgen y mártir.
Bertín, monje de Luxeuil en el siglo VII, fue el primer abad de Sithiu, monasterio que más tarde llevaría su nombre y alrededor del cual se formó la ciudad de Saint-Omer.
De familia albanesa católica, Agnes Goxjha Bajaxhiu nació en Skopje, en la antigua Yugoslavia en 1910. A la edad de dieciocho años ingresa en las Hermanas de Nuestra Señora de Loreto. Se le envía a la India para hacer el noviciado donde empieza a fraguarse su deseo de ser misionera, adoptando el nombre de Teresa por su devoción a la santa de Lisieux. Hechos los votos religiosos realizó magisterio y enseñó en Calcuta donde será directora de estudios. En 1946 durante un viaje en tren para realizar ejercicios espirituales, siendo que debe dedicarse totalmente al servicio de los más pobres. Dos años después llega el permiso de Roma para abandonar el convento y dedicarse a su misión. Sin tardar comienza a trabajar en los suburbios de Calcuta. En 1948 abre su primera escuela en los suburbios al aire libre, y un año más tarde llegará la primera vocación surgiendo en Calcuta la Congregación de las Misioneras de la Caridad. Junto con otras hermanas abrió hospicios por moribundos y leprosos en Calcuta, en el resto de la India ya partir de los años 60 en el resto del mundo. Murió en 1997 y en 2016 fue canonizada.
Obdulia es la forma latinizada del árabe Abdullah (sierva de Dios). Esta voluntad onomástica de sumisión a la divinidad es compartida en los pueblos árabes, judíos y cristianos. Los únicos datos que se tienen de la cristiana Obdulia de Toledo hacen suponer que era una virgen española martirizada en el año 361. La ciudad la considera su hija y tiene una especial veneración.