Ananías es un falso profeta: anuncia el regreso del exilio, pero Jeremías descubre su mentira por inspiración de Dios. ¿Cuántas veces, sin saberlo, sólo para contentar a los que nos escuchan, decimos palabras alentadoras de un futuro mejor que el presente que estamos viviendo? ¿Es lícito hacer esto?
Señor, que de mi boca salgan palabras de esperanza que no engañen, ni confundan.