Hoy, día 4 de septiembre, celebramos la festividad del profeta Moisés y de las vírgenes santa Rosa de Viterbo y santa Rosalía de Palermo.
San Moisés, legislador y profeta
Hacia el siglo XIII a.C., Moisés, hebreo salvado de la represión del faraón gracias a la astucia de su madre, fue educado en la corte egipcia, hasta que tomó conciencia de la opresión que sufrían sus hermanos de raza. Huyó al desierto, donde aprendió un estilo de vida muy distinto al de la corte, conoció las tierras del Sinaí y aprendió a encontrarse con Dios de una manera especial.
Allí, en el desierto, Moisés recibió de Dios —presente en la zarza ardiente que no se consumía— la revelación del nombre divino y la misión de liberar al pueblo de Israel, tal como narra el libro del Éxodo:
“He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus opresores. Conozco sus sufrimientos; por eso he bajado para liberarlo (…) Ahora, pues, yo te envío al faraón: ve y saca de Egipto a los israelitas, mi pueblo” (Éxodo 3:7-10).
De regreso a Egipto, se encuentra con su hermano Aarón y juntos van a ver al faraón, pero la liberación no llega de inmediato, y la situación para los israelitas empeora. Comienzan entonces una serie de prodigios conocidos como “las plagas de Egipto”, mediante los cuales Dios castiga repetidamente al faraón y a los egipcios, hasta que finalmente permite que el pueblo hebreo parta, aunque perseguidos por los egipcios, que son aniquilados al cruzar el mar Rojo.
Así comienza una larga travesía de cuarenta años por el desierto hacia la tierra prometida, durante la cual Moisés habla cara a cara con Dios, quien le entrega la Ley —los Diez Mandamientos— en la manifestación solemne y espectacular del monte Sinaí. Moisés no entrará en la tierra prometida, pero será recordado como uno de los más grandes profetas que Dios envió a Israel. A su muerte, Josué asumirá el liderazgo del pueblo para enfrentarse a los pueblos de Canaán.
Santa Rosa de Viterbo, virgen
Nació en Viterbo, Italia, en el año 1233, en el seno de una familia campesina. En aquella época, la región estaba sumida en la guerra entre güelfos y gibelinos. Con poco más de 15 años, Rosa enfermó gravemente y manifestó su deseo de ingresar en la Tercera Orden de San Francisco, lo cual logró cumplir.
Una vez recuperada, se dedicó a predicar con una cruz en la mano el amor por Jesús y la Virgen María, y, sobre todo, la fidelidad a la Iglesia. Murió con tan solo 19 años, y se le atribuyen numerosos milagros y hechos extraordinarios. Viterbo celebra su festividad el 4 de septiembre, día de la translación de la santa, en lugar del de su fallecimiento, que probablemente fue el 6 de marzo de 1251.
Santa Rosalía de Palermo, virgen
Rosalía Scalia nació en Palermo hacia el año 1130, en una familia noble y profundamente piadosa. A los 14 años se retiró a una cueva en el Monte Pellegrino, donde vivió como ermitaña, en soledad, pobreza y penitencia, entregada a la oración.
Murió el 4 de septiembre de 1160, pero su popularidad creció enormemente durante la peste de 1624-1625, cuando sus restos fueron llevados en procesión y, según la tradición, curaron a los enfermos. Fue canonizada en 1630, y su culto fue promovido por los benedictinos. Es la patrona de Palermo.