Hoy, de cada frase de Pablo podríamos hacer una oración y una meditación. Quedémonos con estas dos: «Que vuestro amor no tenga nada de fingido… Alegraos con los que están alegres, llorad con los que lloran».
Señor, ayúdame a ser profundamente sincero, y que mi sinceridad esté de acuerdo con tu amor.

