Ante las dificultades, como el pueblo de Israel, tenemos la costumbre de mirar atrás y entonces pensamos que los tiempos pasados, a pesar de los inconvenientes, eran mejores que el presente. En el texto de hoy parece que el pueblo de Israel prefiere las ollas de carne de Egipto, olvidándose de que moralmente eran tratados como esclavos. Dios propone un remedio, pero también pone una condición: «Mira, haré llover pan del cielo para vosotros: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día». Mira tu corazón. La ambición de poseer más y más hace que en nuestro mundo haya gente que no tienen lo suficiente para alimentarse y otras, tienen problemas de sobrepeso por comer (ambicionar) en exceso. No mires que hacen los demás, sino lo que tú haces. ¿Qué solidario eres? ¿Sólo te quejas de las injusticias que hay en nuestro mundo?
Señor, que sea consciente de que siempre tengo que saber compartir.