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30 marzo 2025 San Juan Clímaco, San Pedro Regalado y San Leonardo Murialdo

Hoy, día 30 de marzo, celebramos la festividad de San Juan Clímaco, monje; de San Pedro Regalado, presbítero; y de San Leonardo Murialdo, sacerdote.

San Juan Clímaco

Juan, monje asceta del Sinaí, recibió el sobrenombre de «Clímaco», del griego «escalera», por el título de su obra «Escalera del Paraíso», un tratado de espiritualidad práctica que le otorgó el primer lugar entre los doctores místicos de la Iglesia bizantina. Nació alrededor del año 575 en Siria y, a los dieciséis años, ingresó en el monasterio del Monte Sinaí, donde más tarde vivió como ermitaño. Años después, los monjes le pidieron que fuera su abad y regresó a la vida cenobítica. Su sabiduría se difundió ampliamente, llegando incluso a mantener correspondencia con el Papa de Roma.

La Escalera del Paraíso se puede definir como un tratado de vida espiritual para alcanzar el amor perfecto. Desarrolla un camino de treinta escalones (tantos como los años de la vida de Jesús), divididos en tres fases: una primera de ruptura con el mundo y retorno a la infancia evangélica; una segunda de lucha espiritual contra las pasiones; y una tercera de perfección cristiana para alcanzar la paz interior. Murió a mediados del siglo VII.

San Pedro Regalado, presbítero

Nació en 1390 en Valladolid y, desde muy joven, ingresó en el convento de los frailes menores de Valladolid. Junto con Fray Pedro de Villacreces, reformó la Orden Franciscana imponiendo la estricta observancia y fundando el nuevo monasterio de La Aguilera, en Burgos. Diez años después, fue ordenado sacerdote y se dedicó a predicar en esa zona. Pasaba muchas noches en oración y se relatan varios episodios místicos y de bilocación. Falleció en 1456. Fue canonizado en 1746 y es el patrón de Valladolid.

San Leonardo Murialdo, presbítero

Hijo de una familia cristiana, nació en Turín en 1828. De joven, fue alumno de los escolapios y más tarde estudió teología en la universidad de su ciudad natal. Ordenado sacerdote, colaboró con los oratorios de San Juan Bosco. Posteriormente, se trasladó a París para ampliar estudios de teología y apologética en el Seminario de San Sulpicio y, al regresar, fundó la Pía Sociedad de San José de Turín, dedicada a la educación de niños y jóvenes. Falleció el 30 de marzo del año 1900 y fue canonizado en 1870.