«Jerusalén será una ciudad abierta a causa de los muchos hombres y animales que habrá en ella; yo le serviré de muralla de fuego alrededor y en ella seré su gloria». El ángel le da este mensaje de amplitud a Zacarías. Esta actitud de abrir puertas, quizás en algún momento nos incomodará, pero a la larga siempre será una bendición del Señor, él nunca hace distinciones, ni puso murallas a la acogida de los demás.
Señor, haz que en mi vida no haya murallas.