Hoy, día 3 de enero, celebramos la festividad de: Santa Genoveva, virgen; y la del beato Ciríaco Elías de Chavara, presbítero.
Genoveva, nacida en Nanterre, cerca de París hacia el año 422, fue consagrada a Dios desde su infancia por San Germán de Auxerre. Sin embargo, parece que no fue hasta los quince años cuando, junto con otras jóvenes, hizo votos ante Dios. Tiempo después, en el año 451, las huestes de los hunos ya habían atravesado Europa oriental y central y se acercaban peligrosamente a la zona de París. Genoveva fue un personaje decisivo en el sostén moral de los parisinos ante el peligro de invasión de las tropas de Atila. La que se convertiría en patrona de París liberó, gracias a su oración, la ciudad sitiada. Murió alrededor del año 500.
Ciríaco Elías nació en Kainakary, al sur de la India, en el año 1805, hijo de la comunidad cristiana del estado de Kerala. Recibió una buena educación desde pequeño y, dado que tenía aptitudes para los estudios y devoción religiosa, ingresó en el seminario a los 13 años, siendo ordenado sacerdote a los 24. El beato renovó la fe de los fieles mediante la predicación y la fundación de dos congregaciones carmelitas. En 1861 fue elegido vicario general de los carmelitas para la Iglesia siro-malabar. Falleció en el año 1871 y fue proclamado beato en 1986.