Hoy, día 30 de octubre, celebramos la festividad de: San Germán, obispo; y de San Marcelo de León, mártir.
Cuando el obispo Germán murió hacia el 541, San Benito vio que el alma del obispo de Capua era llevada al cielo por los ángeles en un globo de fuego.
Marcelo de León fue un centurión romano destinado en Tánger, al norte de África, que en el año 298 renunció a continuar en el ejército debido a su fe cristiana, razón por la cual fue ejecutado. Una tradición posterior, muy arraigada, hace a este centurión hijo de la ciudad de León; por ello, en el año 1493, después de la conquista de Tánger a los musulmanes, el rey Fernando el Católico llevó las reliquias de San Marcelo a León, donde es venerado como patrón.