Hoy, 29 de marzo, celebramos la festividad de san Segundo de Asti, mártir; y la de los santos cristianos Armogasto, Arquenimi y Sadurní, confesores de la fe.
San Segundo de Asti, mártir
A principios del siglo II, en tiempos del emperador Adriano, fue decapitado en la población de Asti, en Piamonte. Una de las leyendas cuenta que, después de cuidar la tumba de un cristiano que lo había convertido e instruido, fue obligado a ofrecer sacrificios a los dioses, y al no renunciar a la fe, fue torturado y decapitado.
Armogasto, Arquenimi y Sadurní, confesores de la fe
Se trata de tres cristianos norteafricanos del siglo V, que en tiempos de la invasión del rey vándalo Genserico, que era arriano, fueron perseguidos por su fe. El primero fue atado con cuerdas y colgado cabeza abajo de un pie y condenado a ser decapitado, pero finalmente no lo mataron para que los cristianos no lo consideraran mártir: así fue condenado a servir como esclavo cerca de Cartago y es un ejemplo de constancia en la fe. En cuanto a Arquenimi, en Numidia, resistió todos los artificios que le presentaron para renegar de su fe y, justo antes de ser decapitado, fue indultado. Finalmente, Sadurní, para defender la fe, también fue torturado y despojado de todos sus bienes y de su familia.