Hoy, 29 de enero, celebramos la festividad de: san Pedro Nolasco, religioso; del beato Manuel Domingo y Sol, presbítero; y de san Sulpicio Severo, monje.
Pedro Nolasco, nacido probablemente en Barcelona (o en el Languedoc), falleció en Barcelona el día de Navidad de 1258. Sin embargo, esta fecha y los detalles biográficos sobre su labor en favor de los cautivos están envueltos en la incertidumbre que rodea los orígenes de la Orden de la Merced, de la cual es considerado cofundador.
El beato Manuel Domingo y Sol, conocido como “mosén Sol”, fue un sacerdote de Tortosa que dedicó toda su vida (1836-1909) a la promoción de las vocaciones sacerdotales. Con este propósito fundó la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos (1883-1884) y, más tarde, el Colegio Español de Roma (1892).
San Sulpicio Severo, originario de la Aquitania del siglo IV, fue abogado e historiador. Tras enviudar, tomó el hábito monástico siguiendo el consejo de san Martín de Tours, sobre cuya vida escribió una célebre biografía.