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29 de diciembre de 2025 San Tomás Becket, san Trófimo de Arlés y san David

Hoy, día 29 de diciembre, celebramos la festividad de: san Tomás Becket, obispo y mártir; de san Trófimo de Arlés, obispo; y del rey David, del Antiguo Testamento.

San Tomás Becket, obispo y mártir

Nacido en Londres en 1118 en una familia de origen normando, fue muy amigo del rey Enrique II. Desde joven se inició en la carrera eclesiástica, formándose en la abadía de Merton y estudiando en Normandía y en Bolonia. Fue secretario del rey y canciller del reino, gozando de gran confianza y prosperidad, hasta que en 1162 recibió la mitra primacial de Inglaterra.

La conversión en la vida de san Tomás se produjo cuando aceptó ser arzobispo de Canterbury, fuertemente respaldado por el rey, quien jamás imaginó que su estrecho colaborador se convertiría en su más fuerte adversario. Entre sus frases destacan: “soy fiel servidor del rey, pero primero de Dios” y “que nadie se atreva a impedirme cumplir la ley de Dios”. Defendió a ultranza la libertad de la Iglesia, negándose a poner su sello en las Constituciones de Clarendon, que limitaban la independencia de la Iglesia de Inglaterra, lo que le valió un exilio de seis años en Francia.

Tras largas negociaciones para garantizar su seguridad, regresó al país, pero el conflicto no desapareció. Finalmente, casi un mes después, el 29 de diciembre de 1170, cuatro caballeros partidarios del rey entraron en la catedral de Canterbury mientras nuestro santo rezaba, y lo asesinaron: “acepto la muerte por el nombre de Jesús y por su Iglesia”. La conmoción internacional fue inmensa, el papa excomulgó al rey y este se vio obligado a humillarse y hacer penitencia pública ante la tumba del arzobispo. Solo tres años después, el mártir fue elevado a los altares. Es patrón de los sacerdotes y de la Iglesia inglesa.

San Trófimo de Arlés, obispo

Nacido en el siglo I, fue el primer obispo de Arlés, en Provenza, y uno de los primeros evangelizadores de la Galia, estableciendo las bases de la Iglesia local. Una tradición lo identifica con el discípulo de san Pablo del mismo nombre, quien habría sido ordenado obispo por el apóstol y enviado a evangelizar aquellas tierras. Según el martirologio romano, su tránsito ocurrió el 29 de diciembre. Es patrón de Arlés.

San David, rey del Antiguo Testamento

Es una de las figuras más importantes del Antiguo Testamento: gran rey de Israel, poeta, profeta y guerrero. Mil años antes de la plenitud de los tiempos, fue elegido entre todos los hijos de Isaí, el betlemita. Trabajaba de pastor hasta que Dios, por medio de Samuel, lo eligió para guiar a su pueblo. Se dio a conocer al vencer al gigante Goliat solo con su honda de pastor. Tras huir de los ataques de Saúl, una vez rey, trasladó el arca a Sion, convirtiendo Jerusalén en la capital de Israel y consolidando su reino.

Habiendo ofendido gravemente al Señor al hacer matar al marido de Betsabé y unirse con ella, se arrepintió sinceramente y Dios le devolvió la alegría de la salvación. Jesucristo fue su heredero (como el ángel anuncia a María) y también su Señor (como está escrito en los Salmos). Tradicionalmente se le atribuyen muchos salmos, que reflejan su devoción (“Las palabras que salen de mis labios y los pensamientos que medita mi corazón, que te sean agradables, Señor, peñasco mío, redentor mío”, Salmo 19:14), sus momentos de penitencia (“He hecho lo que es malo a tus ojos”, Salmo 51:6) y también de alegría (“El Señor me ilumina y me salva”, Salmo 27:1).

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