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28 de julio 2025 Santa Caterina Tomás, Beato Urbano, San Pedro Poveda y los santos Nazario y Celso de Milán

Hoy, día 28 de julio, celebramos la festividad de santa Catalina Tomás, virgen; del beato Urbano II, papa; de san Pedro Poveda, presbítero y mártir; y de los santos mártires de Milán, Nazario y Celso.

Santa Catalina Tomás, virgen

Catalina Thomassa nació en Valldemossa, en la sierra de Tramuntana de Mallorca, en 1531 (con el uso de la época de feminizar el apellido). De familia campesina, quedó huérfana muy joven y fue acogida primero por su abuelo paterno y luego por su hermano mayor. Ingresó en el monasterio de canonesas regulares agustinas de Santa María Magdalena, donde llevó una vida de penitencia y servicio. Su fama de sabiduría y prudencia hizo que muchas personas acudieran a ella en busca de consejo y ayuda, así como una abundante correspondencia: “Os ruego que tengáis buena esperanza de que nuestro Señor estará siempre con vos en todo, y si no tenéis tan pronto lo que deseáis, pensad que no lo merecéis, y así como el Señor es verdadero Padre, sabe lo que sus hijos necesitan, y lo que Él quiere dar, quiere que muchas veces se lo pidamos y que no nos cansemos”. Sus Cartas espirituales ponen de manifiesto su experiencia mística. Descansó en el Señor en 1574 y fue canonizada en 1930. Es la primera hija de las Islas Baleares canonizada.

Beato Urbano II, papa

De origen francés, fue discípulo de san Bruno en Reims e ingresó como monje en el monasterio de Cluny, donde llegó a ser prior. Una vez elegido papa en 1088, impulsó la reforma gregoriana, combatió la simonía y la corrupción del clero, defendió a la Iglesia frente a los poderes seculares en plena controversia de las investiduras —entre el papado y las monarquías europeas por la autoridad de nombrar cargos eclesiásticos— y trabajó para disminuir la influencia bizantina en Sicilia y el sur de la península Itálica. También proclamó la Primera Cruzada en 1095 con la idea de recuperar Jerusalén y el resto de Tierra Santa, aunque no llegó a verla, pues murió cuatro años después. Fue beatificado en 1881.

San Pedro Poveda, presbítero

Sacerdote nacido en Linares (Jaén) en 1874, convencido de que la escuela era un medio de regeneración social y de justicia hacia los más necesitados. Escribió numerosos opúsculos y fundó en Oviedo en 1911 la primera academia de maestras, semilla de la Institución Teresiana. En 1913 fue nombrado canónigo de la catedral de Jaén, donde siguió impulsando la Obra de las Academias Teresianas, fundando la primera Academia-Internado dirigida por Josefa Segovia, modelo que se multiplicó en otras ciudades de España. La Institución Teresiana recibió la aprobación diocesana de Jaén en 1917 y la aprobación pontificia en 1924. Actualmente es una Asociación Privada de Fieles integrada solo por laicos comprometidos a vivir su misión y espiritualidad desde el testimonio personal, el trabajo profesional y la vida familiar: “Exteriormente seréis como todos, pero os distinguiréis por la santidad de vida”. En 1922 se trasladó a Madrid al ser nombrado Capellán Real y allí continuó impulsando la Institución y colaborando con diversas asociaciones educativas. Murió en Madrid a manos de milicianos al estallar la Guerra Civil, el 28 de julio de 1936. Fue canonizado en 2003.

Santos Nazario y Celso de Milán, mártires

Los cuerpos de estos mártires fueron descubiertos por san Ambrosio de Milán. La leyenda cuenta que Nazario era hijo de padre pagano y madre cristiana. Su padre quería que fuera sacerdote de los dioses paganos, pero su madre consiguió que lo bautizaran. De joven se dedicó a la predicación, lo que le costó el exilio de Roma. Pasando por Milán conoció a los santos Gervasio y Protasio, y posteriormente fue a predicar a la Galia. Allí, la madre de Celso, un niño de nueve años, le confió su hijo, a quien crió como cristiano. Tras años de predicación en la Galia y los Alpes, donde convirtieron a muchos al cristianismo, regresaron a Milán, donde fueron decapitados como mártires.

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