Lo que le llevaron a Eliseo, bien mirado, aunque quien lo hizo fue muy generoso, «veinte panes de cebada y grano fresco de espiga», no era suficiente para alimentar a todos. El sentido común del servidor del profeta Eliseo le hizo decir: ¿Cómo voy a poner esto delante de cien hombres?». Pero Eliseo anuncia en nombre de Dios que todo el mundo se podrá alimentar. Muchas veces, aunque nos parezca insuficiente, la fuerza de Dios, es capaz de hacer brotar la fe en unas situaciones muy migradas. ¿No te parece que tenemos que ir más allá de nuestro mezquino sentido común y creer más en Dios?
Señor, que siempre confíe en Ti.