Hoy, día 28 de agosto, celebramos la festividad de san Agustín, obispo y doctor; de san Junípero Serra, religioso; y de santa Adelina de Poulangy, abadesa.
San Agustín, obispo y doctor
Toda su existencia fue una apasionada búsqueda de la verdad. Al final, no sin una larga tormenta interior, descubrió en Cristo el sentido último y pleno de su propia vida y de toda la historia humana.
Nació en Tagaste, en el norte de África, en el año 354. Educado cristianamente por su madre (santa Mónica), abandonó la fe y marchó a Roma y Milán para hacer carrera. Atraído por la belleza terrenal, “se lanzó” a ella de manera egoísta y posesiva (como él mismo dice en su libro titulado Confesiones). A través de un fatigoso itinerario, y gracias a las oraciones de su madre, Agustín se fue abriendo cada vez más a la plenitud de la verdad y del amor, hasta su conversión, ocurrida en Milán bajo la guía del obispo san Ambrosio, siendo bautizado la noche de Pascua del año 387.
De regreso a su tierra, llevó una vida ascética que continuaría tras ser elegido por aclamación presbítero y luego obispo de Hipona en el año 391. Pastor durante treinta y cuatro años, instruyó a los fieles con numerosísimos sermones y escritos, que lo convierten en el padre más ilustre de la Iglesia occidental y uno de los grandes pensadores del primer milenio.
Algunas de sus frases más célebres son:
“Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti” (Confesiones 1,1,1).
“No salgas fuera, entra en ti mismo: en tu interior habita la verdad” (La verdadera religión 39, 72).
“Ama y haz lo que quieras: si callas, calla por amor; si hablas, habla por amor; si corriges, corrige por amor; si perdonas, perdona por amor. Que dentro de ti esté la raíz del amor, porque de esa raíz no puede salir sino el bien” (Comentario a la primera carta de san Juan 7, 8).
Partió a la casa del Padre un 28 de agosto del año 430. Venerado por las distintas confesiones cristianas, fue proclamado doctor de la Iglesia en el año 1295.
San Junípero Serra, religioso
Miguel José Serra, nacido en Petra (Mallorca) en el año 1713, adoptó el nombre de Junípero al hacerse franciscano. Tras estudiar y doctorarse en teología, y ejercer un tiempo como predicador popular, en 1749 embarcó hacia México, donde aprendió algunas lenguas indígenas y predicó entre los nativos. Tras la expulsión de los jesuitas, los franciscanos los sustituyen en la misión californiana, que san Junípero dirigió con gran eficacia. Es el gran evangelizador de la Alta California, el hombre que dio nombre a ciudades fundando misiones como San Diego, San Francisco, Santa Clara y lo que llegaría a ser Los Ángeles, de inconfundible resonancia franciscana. Defendió los derechos de los indígenas frente a los abusos militares. Murió el 28 de agosto del año 1784. Fue declarado santo en 2015.
Santa Adelina de Poulangy, abadesa
Nació en la Francia del siglo XII, siendo sobrina de san Bernardo de Claraval. Siguiendo el ejemplo de su madre, se consagró a la vida monástica tomando el hábito en el monasterio benedictino de Jully. En 1137 se funda la abadía de Poulangy, filial de Tart, el primer monasterio cisterciense femenino; allí es enviada nuestra santa junto a otras benedictinas de Jully con la misión de iniciarse en la reforma cisterciense y asumir el cargo de abadesa. La dignidad de la mujer y su vocación fueron objeto constante de su reflexión humana y cristiana. Murió allí hacia el año 1170.