Hoy, día 27 de febrero, celebramos la festividad: de san Gabriel de la Dolorosa, religioso; y de la beata Francesca Anna de la Dolorosa.
Gabriel de la Dolorosa, nacido en 1838, hijo de una familia acomodada. fue un clérigo italiano modelo de castidad y mortificación. A la edad de diecisiete años, ingresó en la congregación de los pasionistas. Y si su infancia había sido perfectamente ordinaria; a partir de entonces la vida de Gabriel se convirtió en un extraordinario esfuerzo, para llegar a la perfección en lo pequeño. Poseía un firme espíritu de oración, de caridad hacia los pobres y de amor al prójimo. Murió a 24 años de tuberculosis, compenetrado con los sufrimientos de la Virgen al pie de la cruz.
Francina-Aina Cirer (Francesca Ana de la Dolorosa), nació en 1781 en Sencelles, en el corazón de la isla de Mallorca. Su vida es de gran sencillez, pero sus padres la instruyeron bien en la doctrina cristiana y ella demuestra un sentimiento religioso profundo. Sintió la llamada a hacerse religiosa, pero se topó con la oposición firme de su padre. Como laica enmendó una vida de consagración a Dios.
Cuando tenía 72 años se produjo una importante novedad. A raíz de unas conversaciones con el párroco de Sencelles, y con el posterior permiso del obispo, la beata hizo de su casa, una comunidad religiosa propiamente dicha, una casa de las Hermanas de la Caridad, congregación fundada por san Vicente de Paúl. Se fijó como objetivo servir a los enfermos, instruir a las chicas y enseñar el catecismo, tanto a niños como a adultos. Murió en 1855 y fue beatificada en 1989.