Los intereses de Abrán y de Lot entran en conflicto. No se trata de un problema de relación individual, por eso Abrán dice: «No haya disputas entre nosotros dos, ni entre nuestros pastores, pues somos hermanos». Le propone que escoja hacia dónde quiere ir, que él irá en dirección contraria. Lot parece que elige el lugar mejor, pero el relato nos dice que Dios bendice a Abrán, cuando le dice entre otras cosas, lo que más se valoraba: tener descendencia: «Haré a tus descendientes como el polvo; el que pueda contar el polvo podrá contar a tus descendientes». La narración termina con un gesto muy importante: Abrán «construyó un altar en honor del Señor». ¿Has experimentado el favor de Dios alguna vez en tu vida? ¿Qué has hecho para mostrar tu agradecimiento?
Señor, que nuestros templos sean para todos signo del reconocimiento de tus favores.
Última actualització: 27 junio 2023