Hoy, día 27 de abril, celebramos la festividad de: la Virgen de Montserrat, patrona de las diócesis catalanas; y de santa Zita de Lucca, virgen.
La Virgen de Montserrat
Hacia el año 1025, el abad de Ripoll y obispo de Vic, Oliba, fundó el monasterio de Santa María de Montserrat, en una montaña que desde tiempos muy antiguos estaba llena de ermitas habitadas por ermitaños que buscaban soledad y un ambiente de oración. A partir de ahí, la devoción se extendió por toda Cataluña y más allá.
El papa León XIII, en 1880, declaró a la Virgen de Montserrat patrona de las diócesis catalanas, como fruto de las celebraciones del milenario del supuesto hallazgo de la imagen de la Virgen, e instituyó su fiesta, que finalmente, en el año 1914, quedó fijada el 27 de abril.
Naturaleza, sentido de país, piedad popular y vida monástica se hermanan en la santa montaña, en una alabanza única al Creador, sostenida por la mirada serena de María, que ofrece a su Hijo a todos los que van a venerarla. Y desde Montserrat, María sigue siendo punto de referencia en nuestro camino cristiano.
Este año el monasterio de Montserrat celebra su milenario, eligiendo el siguiente lema para celebrarlo: Ora, lege, labora, rege te ipsum, in communitate (reza, lee, trabaja, rige tu vida, en comunidad).
Santa Zita de Lucca, virgen
Santa Zita, hija de un humilde matrimonio que supo educarla en una profunda religiosidad, nació en el año 1218 en Monsagrati, al norte de Italia. Cuando tenía solo doce años, se trasladó a la vecina ciudad de Lucca, donde entró al servicio, durante 50 años, de la familia Fatinelli. Pronto se ganó el aprecio de la familia por su dedicación al trabajo y el cariño hacia los pobres y enfermos, por su generosidad y caridad.
En el momento de su fallecimiento, en 1278, su fama de mujer santa ya se había extendido por toda la ciudad de Lucca, de la cual es patrona. Fue canonizada en el año 1696.