Hoy, día 25 de marzo, celebramos la festividad de la Anunciación del Señor, con las advocaciones de Gracia y de la Encarnación; la de san Dimas; y la de santa Rebeca.
Solemnidad de la Anunciación del Señor, con las advocaciones de Gracia y la Encarnación
Nueve meses justos antes de la fiesta de Navidad, celebramos esta antigua fiesta en la que se conmemora el anuncio del ángel a María y la Encarnación del Hijo de Dios. La anunciación narrada al inicio del Evangelio de san Lucas, con un relato de gran belleza, es un acontecimiento humilde y oculto: nadie lo vio, solo lo presenció María. Pero al mismo tiempo, es decisivo para la historia de la humanidad. Cuando la Madre de Dios pronunció su «sí» al anuncio del ángel, Jesús fue concebido y con él comenzó la nueva era de la historia, que luego sería sancionada en la Pascua como la nueva y eterna Alianza. «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra»: La respuesta de María al ángel continúa en la Iglesia llamada a hacer presente a Cristo en la historia, ofreciendo su propia disponibilidad para que Dios continúe visitando la humanidad con su misericordia.
San Dimas, el buen ladrón
San Dimas, el buen ladrón, es uno de los dos malhechores crucificados en el Gólgota junto a Jesús. Defendió a Jesús de las recriminaciones del otro malhechor y mereció escuchar de nuestro Señor estas palabras: «Hoy estarás conmigo en el paraíso». El nombre de Dimas aparece en el evangelio apócrifo de Nicodemo del siglo IV. Es claro que Dimas, el buen ladrón, dio testimonio al final de su vida al Hijo de Dios, reconociendo su pecado e implorando su misericordia.
Es el patrón de los prisioneros y de los moribundos.
Santa Rebeca, matriarca bíblica
La historia de Rebeca se encuentra narrada en el Génesis. Fue una matriarca bíblica, esposa del patriarca Isaac y madre de los gemelos Esaú y Jacob. Este último era el preferido de su madre. Era hija de Betuel y nieta de Nacor, hermano de Abraham. Se la presenta como la elegida por Dios para hacer de su hijo Jacob el heredero de las promesas hechas a Abraham. La tradición oral afirma que Rebeca está enterrada en la cueva de los patriarcas de la ciudad de Hebrón, Palestina.