El profeta Amos no tiene pelos en la lengua para denunciar situaciones intolerables: «¡Ay de los que se sienten seguros …! Se acuestan en lechos de marfil, … comen… beben… pero no se conmueven para nada por la ruina de la casa de José». ¿Crees que nosotros vivimos de este modo? ¿Cuál es tu grano de arena para que cambie la desdicha de muchas personas y muchos pueblos?
Señor, que siempre trabaje por los oprimidos, para que se haga justicia según tu criterio.