Hoy, día 25 de noviembre, celebramos la festividad de santa Caterina de Alejandría, virgen y mártir; y de la beata Beatriu de Ornacieux, religiosa.
Caterina fue,según la tradición, una chica cristiana filósofa en la Alejandría del siglo IV; que refutaba con gran decisión las objeciones de los filósofos, adversarios de la fe y que muera mártir. Muy popular en la Edad Media, su culto resta vivo, al pie de la montaña del Sinaí, importando punto de referencia, en el monasterio que lleva su nombre.
Beatriu, nació cabe en 1260 a Ornacieux, región del Delfinado, no muy lejos de la Gran Cartuja, fundada por san Bru. Cuando tenía unos trece años, movida por un llamamiento interior, entró a la cartuja femenina de Parménie, donde manifestó una gran devoción por la Pasión de Nuestro Señor. Uno de los pilares de su vida espiritual, era sentir como propios todos los dolores de la Pasión. El 1301, cuando la piedad de la beata era ya muy conocida, la Orden, la envió a fundar una nueva cartuja en la vecina población de Eymeux, junto con otras hermanas de la comunidad. En esta nueva casa, que poco a poco fue creciente, Beatriu siguió llevando una vida de extrema pobreza y dedicada a la vida en Cristo. Reposó en paz en 1309. Su beatificación data de 1869.