Hoy, día 24 de enero, celebramos la festividad de san Francisco de Sales, obispo y doctor.
Francisco de Sales, escritor y apóstol, hombre de un gran humanismo religioso, fue esencialmente un pastor. Nacido en 1567 ejerció el apostolado sacerdotal, en la región calvinista de Chablais, después de haber estudiado en París y en Padua. A 32 años fue nombrado obispo de Ginebra, donde introdujo las reformas de Trento. Tuvo contactos con Bérulle, Vicente de Paúl y Juana de Chantal, con la que fundó la orden de la Visitación
Francisco fue un hombre culto, educado, buen predicador, buen escritor y buen director espiritual. Eran años difíciles de luchas con los protestantes. Como obispo de Ginebra, nunca pudo ir a su ciudad episcopal, sino que tenía su sede en Annecy, en la Saboya francesa.
No eran épocas de ecumenismo ni diálogo, ciertamente, pero aún así, la fe católica que él defendía y transmitía, no era agresiva sino de una profunda religiosidad y humanismo, que empezó una corriente de vida cristiana que, en Francia, estaba destinado a tener un grupo de peso. Murió en Lyon en 1622 a los 55 años. La Iglesia de Roma proclamaba su santidad en 1665.