Hoy la carta de Santiago nos hace una propuesta que, en los tiempos que corren, parece que sea difícil de ponerla en práctica: «que vuestro sí sea un sí y vuestro no, no, para que no caigáis bajo condena». ¿Crees que se habla así? ¿A ti te cuesta hacerlo, por qué?
Señor, que todo lo que diga sea digno de Ti.