Hoy, 24 de abril, celebramos la festividad de san Fidel de Sigmaringen, presbítero y mártir; de san Pedro Ermengol, mártir; de san Benito Menni, presbítero; y de las discípulas del Señor: santas María de Cleofás y Salomé.
San Fidel de Sigmaringen, presbítero y mártir
Marc Roy nació en Alemania en 1577, de buena posición, doctor en filosofía y derecho, preceptor de príncipes, fue abogado en Colmar antes de convertirse en capuchino, adoptando el nombre de Fidel de Sigmaringen. En el convento llevó una vida de austeridad y oración, dedicándose con gran fervor a la predicación. Sus discursos eran sencillos y directos, con palabras fuertes y centradas en la Palabra, logrando numerosas conversiones. La recientemente creada Congregación Pontificia de Propaganda Fide le encargó una misión entre los calvinistas del cantón suizo de los Grisones, donde murió el 24 de abril de 1622, asesinado con una espada al negarse a renegar de su fe. Fue canonizado en 1746.
San Pedro Ermengol, mártir
Nació en un castillo de la Guardia dels Prats, cerca de Montblanc, hijo de Arnau Ermengol, de una rama colateral de los condes de Urgel. Llevó una vida violenta y disoluta. Tras matar a un líder de una banda rival durante una cacería, huyó y, después de un tiempo siendo perseguido por la justicia, se convirtió y entró en la Orden de la Merced para expiar sus pecados. Ordenado sacerdote, fue enviado a redimir cautivos, entregándose como rehén a los musulmanes en Argelia. Al no llegar el rescate, lo colgaron de un árbol, dándolo por muerto, pero cuando los cristianos llegaron días después con el rescate, lo encontraron vivo. Regresó a su patria, viviendo una vida penitente hasta su muerte, ocurrida hacia 1304.
San Benito Menni, presbítero
Angelo Ercole Menni, nacido en Milán en 1841, era hijo de una familia de pequeños comerciantes. Tras una experiencia en la evacuación y atención a los heridos de la batalla de Magenta, decidió ingresar en la Orden de los Hermanos de San Juan de Dios, adoptando el nombre de Benito. Tras estudiar en Lodi y Roma, fue ordenado sacerdote. En 1867 fue enviado a España con la misión de restaurar la orden hospitalaria que había desaparecido con la desamortización. Ese mismo año fundó en Barcelona el primer hospital infantil de la Península. También dedicó muchos esfuerzos a la asistencia de enfermos mentales y fundó en 1881 en Ciempozuelos, Madrid, la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús. Murió en Dinan, Francia, el 24 de abril de 1914, y desde 1999 la Iglesia Católica lo venera como santo.
Santas María de Cleofás y Salomé, discípulas del Señor
Ambas estuvieron entre las mujeres que, la mañana de Pascua, se dirigieron al sepulcro del Señor para ungir su cuerpo, y recibieron el primer anuncio de la Resurrección. Santa María, esposa de Cleofás, madre del apóstol Santiago el Menor, y santa Salomé, identificada por algunos como esposa de Zebedeo, madre de los apóstoles Santiago y Juan.