Hoy, día 22 de octubre, celebramos la festividad de: Santa Nunilona y Santa Alodia, mártires; de las santas María Salomé y María de Cleofás; y la de San Juan Pablo II, papa.
Según la ley musulmana, los hijos de padre musulmán y madre cristiana debían ser musulmanes; de lo contrario, se consideraba apostasía, lo cual era condenado con la muerte. Este es el caso de estas dos hermanas; Nunilona y Alodia, que sufrieron martirio en Huesca, en el año 851, por mantenerse fieles a su fe cristiana. Sus cuerpos fueron trasladados más tarde al monasterio de San Salvador de Leyre.
Hoy recordamos a las dos mujeres que, junto con María Magdalena, fueron al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús y recibieron el primer anuncio de la resurrección. Salomé es la esposa de Zebedeo, pescador de Betsaida, y la madre de los apóstoles Santiago el Mayor y Juan Evangelista. María de Cleofás es más difícil de identificar. Sea como sea, formaban parte del grupo de mujeres que acompañaron a Jesús en su predicación por Galilea, y que continuaron a su lado hasta el pie de la Cruz en el Gólgota.
Karol Józef Wojtyła, nombre de nacimiento de Juan Pablo II, es hasta hoy el único papa polaco en la historia. Nacido el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, murió en la Ciudad del Vaticano el 2 de abril de 2005. Fue el papa 264 de la Iglesia católica. Al ser elegido en 1978, comenzó un pontificado activo y en diálogo con el mundo contemporáneo, que duró 26 años. Ha sido el tercero más largo después de San Pedro y Pío IX. Junto con Juan XXIII, ha sido uno de los pontífices más decisivos de la Iglesia en nuestros días. Fue canonizado en 2014 y su fiesta litúrgica es el aniversario del comienzo de su pontificado.