Hoy, día 22 de noviembre, celebramos la festividad de; santa Cecíilia, virgen y mártir; y de los santos Filémon (o Filemón) y Ápfla de Colosses.
Cecilia, figura de virgen mártir, convertida en popular, creación poética a partir de la identificación de la supuesta fundadora del “titulus Caeciliae”, fue una cristiana del siglo III, que como otros cristianos de buena posición de su tiempo, cedía su casa para las reuniones de la comunidad, en aquellas épocas de clandestinidad. En el lugar de esta casa, en el barrio del Trastevere de Roma, se levanta ahora la basílica que lleva su nombre, ya ella se la venera identificándola con la mártir, que también con ese nombre, se encuentra enterrada en las catacumbas de san Calixto. El relato de su pasión, habla de cómo “cantaba Dios en su corazón”, y de ahí que se haya convertido en popular patrona de la música.
De los santos Filémon y Apfia, diremos que eran una pareja cristiana de Colosas, en la actual Turquía, y que en su casa se hacían reuniones de la comunidad. El apóstol Pablo escribió una breve carta a Filémon, para recomendarle que recibiera como un hermano, el esclavo Onésimo, que se le había escapado y que Pablo, había convertido y bautizado en prisión. La carta no cuestiona el hecho de la esclavitud, pero con su argumentación se ve claro que desde el punto de vista del evangelio no tiene sentido. Gracias a la fe de Filémon y Apfia, Pablo se vio capaz de escribirles esta pequeña joya epistolar, que da mucha luz, sobre cómo resolver los problemas provocados por las diferencias sociales.