Isaías pone en boca de Dios: «El único ayuno que yo aprecio es éste. Suelta a quienes has encarcelado injustamente, desata a quienes tienes sometidos al yugo, libera a los oprimidos, haz añicos los yugos de todo tipo». ¿Cuáles son mis yugos?
Señor, que los sepa ver.