A veces cuesta mucho escuchar realmente a quien contradice los impulsos humanos cuando éstos tienden a instalarse, a vivir cómodamente, y, a veces, lo justificamos como si fueran convicciones profundas. Pues bien, estos que contradicen y denuncian esta forma blanda de vivir, los llamamos profetas. Pero gracias a ellos podemos volver a descubrir el verdadero camino que nos lleva a Dios. Así lo expresa el profeta Ezequiel cuando pone en boca de Dios estas palabras: «Tanto si te escuchan como si no te escuchan, tú diles: Esto dice el Señor Dios, porque, aunque sean un pueblo que siempre se subleva, deben saber que hay un profeta en medio de ellos».
Señor, que no pierda nunca la capacidad de ser sensible a la voz de quien envías y que pueda encaminarme hacia Ti.