Por medio del profeta Joel, Dios nos envía un mensaje claro: «Ahora, convertíos a mí con todo vuestro corazón…. rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos» Hoy que empezamos la cuaresma, es la hora de ir al fondo de nuestra vida, del corazón como nos dice la lectura, y no quedarnos en aspectos más superfluos, como pueden ser los trajes. La llamada que nos hace no es para aparentar, sino para transformar nuestra vida. Según tu punto de vista, ¿en qué debe consistir convertir el corazón y qué sería rasgar sólo los vestidos?
Señor, que estos días sepa abrir mi corazón a Tu corazón.